Creo que una de las siglas que
llaman más la atención desde niños es D.E.P. o R.I.P. ya que, desde los
dibujos animados, nos van concienciando de esa visita que la señora de la
guadaña nos hace una vez en nuestra vida.
Lo curioso es que, con la
revolución digital que nos ha arrollado a todos, el significado de esas siglas
han evolucionado a Digital En Paz. ¿Se ha preguntado alguna vez que ocurrirá si
fallece con su perfil en Internet?
Recientemente Google ha lanzado
en su Blog
la opción de planear que deben hacer con sus datos después de su despedida
terrenal, más bien, despedida digital. Principalmente uno configura el tiempo
en que Google debe considerar el fallecimiento, por el tiempo que no
tenga ninguna conexión a través de los servicios que tenga uno dado de alta.
Este tiempo de “silencio digital” dará paso al plan de comunicación diseñado
por uno mismo y no solo borrando su huella digital, sino incluso, realizar un envío de
correos electrónicos a los contactos. ¿Se imagina que le llegue un correo de un
allegado suyo recientemente fallecido? Seguro que se le pasa por la imaginación
multitud de adjetivos calificativos relacionados con el mal gusto.
Aunque Google crea recientemente
esta opción dentro de los servicios que facilita, Facebook ya lanzó un servicio de
página conmemorativa por si alguien fallece, hace aproximadamente unos dos
años. Los amigos de Facebook pueden solicitar que la página personal pase a ser
una página conmemorativa a modo de homenaje de la persona que nos ha abandonado. Es decir,
que una vez muerto seguiremos teniendo “me gustas”. Es curioso, a modo de
reflexión, el paso de gigante que se ha dado desde las esquelas de ABC –de toda
la vida- a todo un homenaje digital en la Red.
Si me permite dejar volar la
imaginación, ¿acabaremos dejando nuestro testamento en un correo electrónico en
Google o en nuestra página de Facebook? ¿Cuánto tiempo tendremos una película
de espías en la que se simula el fallecimiento digital para poder engañar al
enemigo? ¿Superará la realidad a la ficción?
Trasladándonos a la
empresa, me surgen multitud de preguntas como consultor de marketing
digital. En la época actual, y en varias charlas que he podido participar
para emprendedores, se le da mucha importancia a imagen de marca personal o
branding personal pero… ¿Qué ocurre con la imagen de la empresa? ¿Es menos
importante que la imagen personal de un desempleado o emprendedor? Es curioso
que cuando una empresa tiene que comunicar algo positivo, cualquiera sabe –permítame
algunas dudas- realizar esa gestión.
Pero, ¿qué ocurre cuando hay que comunicar
algo negativo? Por desgracia, la mayoría del recurso utilizado por las empresas
es el silencio. ¿Un ERE es para sanear la empresa y poder relanzarla? ¿Un error
en un servicio o producto, no es mejor reconocerlo y subsanarlo?. Silencio.
Creo que hay que aprender siempre
y, además de un D.E.P. terrenal e individual, hay que tener cuidado en no
provocar un suicidio empresarial y digital.
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