El modo en el que le conocí fue
original como lo es él, a través de una red social. Nos presentó un amigo en
común (antiguo compañero y amigo de los estudios de la infancia) en unos
comentarios en los que coincidimos ambos. Fuimos charlando “virtualmente” hasta
que un día nos reunimos los tres a comer, pasando en nuestra relación de
amistad del off al on acompañados de
un buen cocido madrileño.
Durante esa comida pude ir reafirmando
todo aquello que percibía a través de la Red. Lo que muchos consideran un
trabajo, para él, es su afición: La Publicidad (y el fútbol, su segunda pasión,
ojo).
Como profesional se ha dicho
prácticamente de todo en los diferentes medios del sector: Ha trabajado en la
radio, participando en el lanzamiento del conocido Trivial Pursuit. Y, en los
últimos diecisiete años entre otras funciones, lo ha dedicado a la formación de
futuros profesionales de la publicidad.
Me gustaría resaltar su afición
por la Real Sociedad, con ese sentimiento “guiputxi” que le caracteriza, su
afición al mus (que lo tiene un poco abandonado, por cierto) y cómo le cuenta a
uno como vivía, en su infancia, en un vagón restaurado en las proximidades
de Brunete, al mismo tiempo que está disfrutando ese purito “del después de la comida”.
También quiero destacar que,
aunque nunca he trabajado con él, se nota su pasión por la publicidad, la enseñanza,
por el buen hacer y por la ética. Valores muy importantes que no hay que
olvidar que debemos transmitirlos, entre otros, a los estudiantes y futuros
profesionales, generación tras generación.
Aunque tenemos una buena amistad,
todavía, no puedo evitar seguir poniendo el don
al referirme a él: Don Luis Petit, amigo, no te puedo desear buena suerte en
tus próximos proyectos, porque siempre ha ido y va contigo.
Un fuerte abrazo.
Un fuerte abrazo.
Publicado en el Publicista (Editora de Publicidaciones Especializadas, S.L.L.) el 15 de mayo de 2.012
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